Ñ de España

No sé si será cierto pero según dice PEPE MONTESERÍN en su bloc la letra «ñ» no existe en latín; fue creada por amanuenses y clérigos al escribir en sus códices la «n» repetida, que colocaban una encima de otra para ahorrar espacio, trabajo y tiempo; y la de arriba la dibujaban muy pequeña, pues eso es la virgulilla: una «n» diminuta. Las enes de «annus», por ejemplo, derivaron en «año», al abreviarse en el papel y en el paladar. ¿Eñes en Oviedo? Asgaya, aunque sólo sea por calles: Abruñedo, Beceña, Bolaños, Cañal, Cañedo, Carreño, Castañón, Castaños, Gastañaga, Miñor, Muñiz, Muñoz, Ordóñez, Peña, Peñas, Peñeo, Pigüeña, Piloña, Piñole..., e incluso España, la plaza, derivación del término latino «Hispania», que, con la palatalización de «ni» y la epéntesis, devino en «España». Con tan española «ñ», ahora reconocible en internet, hemos recuperado nuestra castiza mezcla de cicatería y pereza, claves en el desarrollo de la inteligencia y de un idioma eficaz.

No hay comentarios: