1997-2007 Diez años bebiendo, aunque no me acuerde de todos

El día 11 de noviembre se cumplío una década de nuestro primer botellón. Noviembre de 1997. Tras la abulía de un estío impar, donde la única emoción la intentó poner el sufrido Olano en lucha desigual con Ullrich por las cuestas de media Francia, llegó la zozobra otoñal: el mundo estaba cambiando. Capello había abandonado (por primera vez) un Madrid que, tras un gran arranque de Liga en cuanto a juego y resultados, empezaba a desmoronarse. Raúl metía goles, como ahora y como siempre (de este momento son los golazos a Real Sociedad y Sporting), pero el equipo no funcionaba. Quién iba a decir que el 20 de mayo levantaría su 7ª Copa de Europa. Mientras tanto, la derecha se asentaba callada y solapadamente en el poder. Por primera vez en decenios, González no estaba presente en un Debate de Estado de la Nación. Por aquel entonces Aznar hablaba catalán en la intimidad y parecía que el PP era una posibilidad de gobierno, conservadora, pero racional. La ficción no duraría mucho: los años de plomo estaban por llegar... Para nosotros (perdón por personificar en unos cuantos) era el año que pasábamos al instituto de verdad. La clase del colegio se atomizó por completo.

Con esos prolegómenos, Dani y David decidieron celebrar sus respectivos cumpleaños de manera conjunta: compraron pizzas y prepararon calimocho para tomarlo en el caminillo. Lo que sucedió, ya forma parte de la leyenda...

Pese a nuestros primeros escarceos en el, hoy desaparecido, "Oasis", ese era, para muchos, el primer botellón oficial que hacíamos. Teníamos 14 años la mayoría, aunque había participantes de 16 y alguna invitada de 13. Han pasado diez años, quizás los mejores de nuestras vidas, ¿cuántas anécdotas comienzan o van ligadas a un botellón? A continuación intentaré recoger el mayor número de recuerdos que tengo de estos años imbricados al mismo, porque el botellón ha sido un eje estructurador de este tiempo, acción indeleble y rutinaria, que no era susceptible de variar por nuestros cambios de edad o condición y que, desde entonces, hemos realizado de manera continuada y acrítica. Porque ha sido y es nuestro espacio de sociabilidad por antonomasia. Con todos/as los que vais a recibir estas letras he tenido la suerte de estar alguna vez de botellón o tomando unas copas, algunos estabais ya aquel 11 de noviembre y a otros/as ni siquiera os conocía, pero creo que todos recordareis, al menos, alguno de esos momentos. Gracias por todo y a por otros diez años.

Cuatro euros por cabeza; botella para cada dos; mucha policía-poca diversión; tertulias adolescentes sobre política en los peñones. Las cervezadas. Buscar hielos infructuosamente por el centro de París; resacas sin remordimientos; acompañar gente a casa y que me acompañen; el piso de arriba de Fontana; SMS que jamás debí escribir. White Label con naranja. Celebrar el día de la región; el fino y el rebujito; la patata de después. Colar una copa o una botella al Moya; tras el botellón a la discoteca en jeep; singtars en la Casilla; la cochera de Fran; 20 de enero en el INEM. Los cortijos. Copas de Rafa en Punto, I Trofeo White Label; desayunar ron en los encierros; compartir una copa con quien luego quiero compartir cama; reir; dos chilenos perdidos por Puertollano; convencer a un dependiente de Boston de la veracidad de una fotocopia de un pasaporte; a las 8 en el Scott Monument; el quinqui pastelero; Isla Tortuga; soy minero en el Moto Club; la romería de Campo de Criptana; nocheviejas y nocheviejas; partidos de fútbol borrachos contra fumaos; una olla de pasta para afrontar el GP de Australia; Spanish Botellón en Brujas; lagunas sobre la noche anterior; palabras que no quise decir y palabras que no debí decir; la Zurra y la Pandorga; sobremesas de Pocha y Royal Swan; el gorrilla; noches sin fin en Linares; a las 12 en la abuela; la zona galáctica de Belle Epoque; noches y mañanas de Mundiales; una botella entre dos en una hora y veinte; la Karlovy; jugar al “Yo nunca”; el Quince y la Cripta. Las copas de Sonia. Cenar en Año Nuevo en Mc Donald´s porque te lo pide el cuerpo; las sevillanas de Fuengirola; las escaleras de Convento, la nochevieja del Passport con Sprite; la Fiesta Cacique; Serra y las discotecas de agua; los sanedrines; hablar de tías; el botellón del primer fin de semana liguero; Negrita con Coca-Cola; si triunfa uno triunfa el equipo; chupitos en la Torre Eiffel; Tetitas y su extintor; las Balas de Nacho; una copa y a clase; el After de María en Budapest; hacer botellón con un caballo; la Semana Santa del Albergue Nandito; ir de petacas; licor de flores en el chino; whisky + Risk; la nochebuena del Unicentro; stripteases en el Moto; el Warhol; los viernes de tranqui, horizontal weekends en Ciudad Real; SMS memorables; verdades y mentiras; no vuelvo a beber; no voy borracho; deberíamos follar más porque menos no se puede; las hamburguesas del Jaimar de después; la calle Copa; palabras que no me atreví a decir; cantar por la calle; coger conos; la traída de la Virgen de Manjavacas; ofrecer una magdalena cuando es necesaria; las cocteleras de Sarao; hacer un hidalgo; los bajos de Torre-Europa; invitar a Ismael Serrano a venir de botellón; los guardas jurados del camping gaditano. Falkata. Negarte a beber Brugal con Nestea y acabar tomándote un litro entero; perderte en Praga; concursos de migas; vodka con zumo de naranja; a las 12 en la abuela. El INEM, el caminillo. La vida. Las vidas

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